Un dos de diciembre decidió escribir un blog para añadir algo de dinamismo a su estática rutina. Y dijo: "¡Este... blog... sí... que... no... lo... dejaré... abandonado...!". Pero claro... Es un perezoso y, como tal, está demasiado ocupado. Solo tiene cuatro horas libres al día y dos se le van bajando del árbol a descargar y volviendo a subir. Ruego que le disculpéis.
Pero el perezoso ha despertado motivado hoy, así que en los próximos días le veréis por aquí.